Ese tercer año, el Alto Señor Alexander tuvo una premonición. La academia de la guerra acabaría desapareciendo si más humanos no campeones rondaban por aquellos lugares. Este mandó llamar a todos los no-campeones de la zona. Edward, Nevan, Lin, Gerald, Lucas, Edgar, Julia y Bart.
- Los he convocado aquí para hacerles saber que deben abandonar la academia de la forma más inmediata posible.
- Cómo?
- Ya han oído. Siento estos acontecimientos tan repentinos, pero... por el bien de nuestros campeones, deben marcharse.
- Y nuestros trabajos? - Preguntó Bart Chill
- Lo lamento, de verdad. Pero esto es lo que debo hacer. Los campeones más alarmistas ya han tomado medidas. Han destrozado su carro, señor Edward. Espero que lo comprendan. Se volverán contra vosotros si os quedáis. Os ruego encarecidamente que os marchéis.
Se hizo un silencio sepulcral...
- Perdone, - Dijo Edward - Puedo hacer una última cosa como despedida? Se me permite?
- Si no va a causar mayor problema, adelante.
- Puede usted... prestarme el megáfono? El de aviso a toda la academia.
- Hmm... Está bien. No creo que pase nada. Tome.
- "Aquí Edward Yolag y compañía! Han sido casi cuatro años con vosotros, pero ahora debemos irnos para que vosotros podáis continuar defendiendo vuestro país. Nosotros os hemos ayudado, os hemos hecho rabiar, os hemos defendido, os hemos atacado, os hemos hecho reír, os hemos hecho llorar y os hemos entrenado un poco. No pudimos hacer más. Vosotros sois superiores, aunque no lo sepáis. Ahora, yo, como Edward Yolag, me despido de ciertos campeones en concreto. De Zyra, Kha'zix, Rengar y Nidalee, a quienes encontramos antes de llegar. De Leona y Miss Fortune, quienes conocieron más sobre su pasado. De Lissandra, pues creo que algún día podrá mejorar y vencer a Zerofrost. Pero, sobre todo, de Ahri y de Elise. De Ahri porque gracias a nosotros ha encontrado su verdadero amor: Wukong. De Elise porque... creo que ya lo sabes, Elisabeth, la gran reina de las arañas, fue mi esposa. Tras toda esta charla, os deseo lo mejor a todos los que no he nombrado y que hacen esta guerra pacífica posible. Y nosotros nos vamos. Por cierto, dos campeones se unirán a la Liga en los próximos dos días. Estad atentos! Hasta siempre de parte de todos nosotros!"
Lissandra se levantó y comenzó su entrenamiento intensivo con más voluntad que nunca.
Ahri y Wukong estaban juntos mientras Edward hablaba. Todo arreglado. Ahri enrojeció y Wukong puso la gota que colmó el vaso. Un beso.
Elise salió de la academia tras el discurso. Tenía otros planes que hacer. Tenía miedo, pues había rechazado al hombre de la gran reina.
Todos salieron de la academia y se dirigieron a la ciudad. Andaron mucho tiempo hasta llegar allí. Pero las sorpresas siempre están presentes. Qué ocurrirá? Una nueva serie está a punto de empezar.