Historietas de fantasía que escribo en mi tiempo libre. Los personajes: Edward Yolag, Lucas Tefd, Bart Chill, Gerald Paul, Edgar Eagler, Paulina Gao, Liza Carr, Gabriella, Mimi, Zac y Zerofrost son de mi invención y de mis compañeros. El resto de personajes descritos pertenecen o están basados en diferentes compañías.
sábado, 9 de noviembre de 2013
TdC: El viaje de piratas
- Nami! Algo nuevo?
- No, capitán!
- Fizz! Qué tal la pesca!
- Como siempre, capitán!
- Nautilus! Ahí abajo?
- Nada, capitán.
- Fortune! No iremos por mal camino, verdad?
- No, capitán Gangplank. No nos hemos desviado en ningún momento.
- Capitán! Ahí está! La isla ardiente!
Ahí estaba la que recibió el nombre de la isla ardiente. Parecía una isla normal. Tenía ese nombre por las antiguas leyendas sobre que la isla se prendía fuego instantáneamente si alguien no deseado entraba en ella. Gangplank se arriesga a entrar en esa isla y sacar el supuesto tesoro de aquel lugar.
- Bien! Nautilus y Nami, os quedais en el barco! Yo iré a explorar con el pescado y Miss Fortune. Cuidad bien el barco!
Y comenzaron a atravesar la isla. Tenía una gran cantidad de vegetación, pero era fácilmente atravesada por los tres piratas. Sabían que el tesoro estaba en la cueva del centro de la isla ardiente, con lo que era imposible perderse por el camino. Mientras tanto, algo ocurría en la costa del barco.
- Oyes eso, Naut?
- No. Habrá sido el eco.
Pero no había sido el eco, sino una criatura más grande que el mismo Nautilus. Caminaba a cuatro patas y tenía los colores típicos de animales exóticos. Nami no tuvo tiempo ni a dar un grito. El animal se había lanzado sobre ella. Si no llega a ser por Nautilus, que apartó al monstruo con un golpe de ancla, Nami no volvía a la academia. Nautilus iba a cubrir a Nami y a controlar a la criatura salvaje. Nami, mientras tanto, se mantenía alejada ayudando al titán de las profundidades con su fuerza de las mareas. Pero lo inesperado siempre ocurre. El extraño animal había desaparecido. Nautilus lo estaba buscando con la mirada, pero lo único que encontró fue una fuerza invisible que lanzó a Nautilus hacia el mar. Nami se había quedado sola ante el enemigo invisible. La sirena se encerró en su propia pompa de agua y esperó, pero esta magia no iba a durar para siempre. Estaba preocupada por Nautilus. Estaba preocupada por el resto del equipo. Pompa incluida, fue lanzada por la fuerza del animal, que se hizo visible justo antes de lanzar. Nami acabó encima del agua. El animal sabía moverse en este medio bastante bien, y se lanzó hacia Nami. Un grito fue lo último que pudo hacer Nami antes de deshacer su magia y refugiarse bajo el agua.
- No es Nami?
- Igual están teniendo problemas, capitán.
- Bueno, pescado, ve a informarme sobre qué ocurre en el barco.
Cuando Fizz atravesó a toda velocidad la maleza, vio a Nami huyendo a toda velocidad de un monstruo colorido. Fizz fue directamente a por él. Con la mala fortuna de que este animal se envolvió en llamas en uno de sus saltos por las aguas. Fizz acabó chamuscado debajo del agua, aunque distrajo por un tiempo al animal. Nami había llegado a tierra, pero hacía movimientos extraños. Nautilus estaba nadando lo más rápidamente posible para él y Fizz se estaba recuperando del fogonazo. El monstruo cargaba a toda velocidad contra Nami. La sirena parecía rendirse. Estaba bailando en la arena. Todo estaba planeado, obviamente.
- Lagartija, será mejor que sepas surfear.
Una gran ola salió disparada hacia el monstruo. Y otra más. Y otra más. Y otra más. Así hasta 12 olas gigantes de agua invocadas por la sirena. Tiempo suficiente para que Fizz llegara con su tridente y atravesara al monstruo limpiamente.
- Creo que ya tenemos pesca... Uf.
- Pero Fizz! Nami está tirada en el suelo! No contesta!
- Qué?
Nami estaba tal y como ha dicho Nautilus. Miss Fortune y Gangplank estaban volviendo al barco y se encontraron con esto.
- No estará muerta, verdad?
- Imposible, Fortune. Nadie en mi tripulación puede caer fácilmente! Ja, ja...
- (Cuándo se ha emborrachado este otra vez?)
- A-aah...
- Nami! Estás bien?
Lo estaba. Pero no podía moverse. Tantas ultimates seguidas fue demasiado para Nami. Nautilus la subió al barco y la dejaron descansar el viaje de vuelta.
- Encontrasteis el tesoro?
- Sí, pero no vale para nada. Es una gema blanca. Nada serio. Tanto cuentecito para nada... se lo venderé a algún idiota cuando volvamos.
- Pues vaya...
Y comenzó el viaje de vuelta a la academia. Por lo menos, todos acabaron enteros.
(12 ultis! Y luego no las tiran en teamfight.)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario