Llegaron a Terradella pasado el mediodía. Habían gastado ya una fortuna en trenes, pero el dinero no era problema para Edward, que cobraba pensión, o Zerofrost, que había acumulado bastante salario en su trabajo.
- Creo que ya entiendo por qué Bart se vino aquí a vivir... - Decía riendo Edward.
- Yo también lo sé - Continuó Zero.
- Esto... Yo no - Dijo Nevan.
- Ni yo. Por qué? - Preguntó Gerald.
- No lo veis? Este lugar está lleno de chicas guapas! Normal que haya elegido este sitio! - Contestó Edward.
Y estaba en lo cierto. Terradella es conocida como "La ciudad de las bellas y las artes". Todos lo confirmaron. También confirmaron que Bart Chill vivía por allí. Sólo tuvieron que preguntarle a una cualquiera. Al parecer, es famoso en el lugar. La que les indicó la dirección se extrañó de que no supieran sobre Bart.
Un barullo de féminas enfrente del chalet enorme de Bart. No había manera de pasar por todo ese gentío. De todos modos, había alguien que podía entrar en la casa de Bart saltándose a todas las presentes. Gerald Paul es un hombre-animal tras un experimento genético fallido. Así que, si él lo desea, puede saltar altísimo como un saltamontes o planear como un ave. Ese era el plan. Llegar a la parte trasera de la casa, la cual es inaccesible. Sólo tuvo que saltar y mirar con cuidado dónde iba a caer. Una vez allí, pudo llamar la atención de Bart golpeando la ventana. El personaje la abrió.
- Gerald!? Qué haces tú aquí? - Preguntaba sorprendido Bart.
- Te estamos esperando Edward, su hija y Zero. Puedes dejarnos entrar?
- Mira la que hay montada ahí fuera. Y ya tengo a 15 chicas repartidas por la casa. No cabe más gente! Si abro la puerta y se cuelan, destrozarán todo!
- Entonces cómo conseguimos entrar?
- He estado pensando sobre cómo reservar a todas las de fuera para después. Tú me vas a ayudar.
- Yo?
- Coge este megáfono y súbete al tejado.
- Para qué?
- Di que tienen que dejar pasar a... La hija de Edward. Es perfecto. Así no se sospecha nada. De paso entran los otros dos como escoltas.
- No lo veo, eh? Pero te voy a hacer caso de todas maneras. Tú eres el que me ha dicho que lo haga.
- Venga! Rápido!
Gerald subió de un salto y llamó la atención de todos. Aunque no estaba acostumbrado a hablar en público y le daba vergüenza, lo hizo muy bien.
- Todas! Tengo un mensaje de Bart Chill!
(Escándalo general tras escuchar el nombre)
- Va a dejar pasar a una más hoy!
(Murmullo general: "Venga, que sea yo...")
- Pero es una específica!
("Ya estamos con las enchufadas?")
- Se llama... Nevan! Nevan Yolag! Está por allí?
Más de una se intentó hacer pasar por Nevan con simplemente el nombre. Hubo hasta puñetazos entre la multitud.
- Pelirroja, Ojos oscuros, y... Lleva alas!!??
Gerald no se lo creía. Nevan había sacado a la luz sus alas de súcubo. Aunque nadie se creyó que eran verdaderas, sino de un disfraz. Fue ese gesto el que acabó distinguiendo a todas las posibles "Nevan" de la hija de Edward. Ellos tres se abrieron paso entre la gran masa de mujeres. Todas miraban mal a la que iba a entrar. Edward y Zero tenían que vigilar a cada una de las chicas para que ninguna saltara a agredir a Nevan. Nunca se sabe con estas fans. Pero no ocurrió nada. Simplemente entraron y cerraron la puerta a sus espaldas rápidamente. Alguna se llevó un portazo en la cara.
- Por fin dentro. Qué tensión. Todas tenían una cara peor que la de mi tía enfadada. Y nadie vio a mi tía enfadada, eh? Daba miedo de verdad. - Respiró aliviada Nevan.
- Guárdate las alas. Se han creído que eran de pega, pero ya... - Decía Edward.
- Hombre! Zero, Edward y sobre todo, la hija. Cómo te llamabas, guapísima? - Interrumpió Bart.
- Nevan.
- Ah! Cierto. Oye, y por qué no...
- No estamos aquí para entregarte a Nevan. Sino para que te vengas con nosotros a Nameless Island. - Interrumpió esta vez Edward.
- A dónde? - Preguntó Bart Chill.
- A la Isla Sin Nombre. - Tradujo Zerofrost.
- Ni en broma. Sabes cómo estoy viviendo aquí? Tengo tías 24 horas. No tengo que pedirles nada para que me envíen una foto suya. Es increíble! Todas me quieren! Es como un sueño!
- Podrás convencerlo, papá? No parece que quiera irse... - Preguntó Nevan.
- Claro! Es que va a ser muy fácil. Mira, Bart... Tú siempre has tenido un sueño, verdad? Y este no es exactamente. - Empezó Edward.
- Refréscame la memoria?
- Sólo te voy a decir un nombre y enseñarte una foto de mi móvil...
"Jessica Svarti"
- No jodas...
- Sí. Está allí. Parece que los exploradores encontraron un archivo de datos y estaba esta imagen.
- La gran Jessica... No. Ahí has trucado algo.
- Te lo juro. Si miento te doy a mi hija.
- No puede ser... En serio podría llegar hasta ella? No lo creo... Tío! Es muy difícil elegir! No sé si quedarme con cientos o ir a por una!
- Aquí el refrán está del revés. "Más vale pájaro en mano que cien volando..." - Intentó decir Zero.
- A tomar por culo. Voy a rescatarla. Cómo coño llegó allí? Cómo se nota que es única. Vamos a por ella. Si la salvo, igual podemos...
- Pero no era lesbiana? - Dijo Gerald, que había entrado por la ventana hace un rato.
- No lo va a ser en cuanto vea que yo la he salvado.
- Está bien. Pero ahora... Cómo salimos de aquí? - Preguntó Edward.
- Bueno. Habrá que notificar que Bart se va, no? - Dijo Gerald.
- Dejadme hablar a mí. Tenéis algo para bloquear a las tías de fuera? - Preguntó Bart.
- Yo puedo. Si no me ven, nadie sabrá por qué un muro invisible no las deja entrar. - Dijo Edward.
Edward obtuvo el poder de los Roa, que se suponían en obtener la inmortalidad, pero sólo se centraron en hacer al guerrero mágico perfecto. Edward tiene esos secretos y puede utilizarlos, aunque no todos, por culpa de la edad. Crear una muralla es algo fácil para él.
- Chicas!
(Revuelo general al escuchar a Bart)
- Tengo que abandonar Terradella un tiempo!
(Preguntas generales)
- Es posible que yo esté en peligro pero no temáis! Estaré ansioso por regresar y conoceros a todas. Pero esta misión es de vital importancia.
(Silencio. Tras ello, un coro de ánimos para Bart. Totalmente inesperado. Nadie se creería que aceptarían sin más esa excusa. Pero había funcionado. Tras un buen rato de ovación, por fin se retiraron todas y Bart pudo preparar su equipaje.)
Durante esa ovación, Nevan recibió una llamada. Era Paulina.
- Sí?
- Oye, Nevan... - Dijo Paulina.
- Se te escucha triste, Pau. Qué pasa?
- Ha ocurrido algo... Puedes venir, por favor?
- Lo intentaré! No será difícil convencer a mi padre si estás mal. Qué ha pasado?
- Te lo cuento aquí. Mejor. Gracias si vas a venir. Llámame, por favor.
- Te lo aseguro, Pau. Allí estaré.
Qué le habrá pasado a Paulina? En el siguiente episodio se verá, que este me ha sorprendido en longitud. Hasta la próxima!
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