Es el turno de Edward para probar la Prueba de la Gran Muralla. Él mismo decidió ser primero.
- Vamos, pues. Qué es lo primero que me toca? - Preguntó Edward.
- Ahora lo verás. - Contestó la voz del administrador.
Dos lanceros con aspecto asiático aparecieron. Edward sacó su primera carta en esta contienda al verlos.
"Escupellamas: Dota al arma el elemento Fuego durante un minuto."
- Bien, creo que con esto me servirá para estos dos.
Los lanceros se acercaron corriendo hacia Edward mientras éste usaba su carta. La espada corta de Edward comenzó a escupir llamas que detuvieron el avance de los lanceros mientras Edward sacaba otra carta sin problemas.
"Golpe Fulgurante: Ataca rápidamente a todos los enemigos en un radio de 10 metros."
- Bien, lanceros. Esto se acaba aquí. - Dijo Edward antes de atacar rápido como un rayo a ambos lanceros, derrotándolos.
- Gran combate. Veamos qué oponente te espera. Saca un número de la urna. - Ordenó el guía de la prueba.
- Ha salido el 144. - Contestó Edward.
- Cómo? La suerte no está de tu parte, amigo. Algo terrible se va a enfrentar a ti.
- Adelante, pues. No puedo cambiar mi suerte. La pongo a prueba a cada instante. - Reflexionó Edward.
El guía se apartó del terreno de combate y apareció una gran criatura negra, con cuatro patas y una cabeza humanoide. Edward sonrió y dijo:
- Si en verdad eres tan fuerte, veamos si puedes aguantar una de mis últimas técnicas.
- Adelante! No me harás ni cosquillas!
- Bien, pues. Ultra Rapid Fire mode: ON!
Qué hace eso? Ahora Edward puede robar tres cartas a la vez y combinarlas si asi lo desea. Nunca tendrá que esperar ninguna carta, lo que es una gran ventaja para el viejo y un tormento para los enemigos.
- Es mi turno, amigo negro. - Se burlaba Edward levemente.
"Furia Justiciera: Los ataques del usuario son ahora a distancia."
"Desorientación: El arma emitirá un rayo de luz capaz de aturdir al rival."
"Depredador Implacable: El siguiente ataque aturde al objetivo y hace doble daño."
- Te crees que tengo tiempo para jugar a las cartas? No me hagas reír. Un viejales no tiene nada que hacer contra...
Edward sacó su espada y aturdió al monstruo negro con un ataque a distancia. Tras ello, siguió robando cartas. Combinándolas entre sí, el enemigo simplemente pasaba todo el tiempo inmóvil, aturdido, silenciado, asustado...
- Alas rotas! Tenaza infernal! Neurotoxina! Dispersar los débiles! Ragnarok! Guillotina Noxiana! Y Justicia demaciana!
Tras recibir tres cortes fuertes, ser atravesado con la espada, perder la conciencia, ser empujado y guillotinado por la espada de Edward, el gran jefe negro cayó. El modo rápido de Edward terminó junto a ello.
- Impresionante. Pero yo le echaría un vistazo a tus cartas - Aconsejó el guía.
- Eh? No puedo sacar? No puedo robar cartas?
- Habilidad del guardia negro. Inhabilitar el golpe final. En este caso, las cartas tuyas.
- Pues no me queda elección. Sin duda es algo que no pensé. Así ha sido mi suerte. Decido abandonar el reto. Sin mi poder, caeré en el siguiente. Estoy seguro. Ya soy viejo. Las cartas me mueven y me devuelven mi juventud. Adelante, que ellos lo conseguirán.
- Si esa es su decisión final, adelante, venga conmigo.
Vuelta al punto de partida. En la muralla. Aún quedan tres combatientes: Zero, Lucas y Paulina. Podrá alguno de ellos superar el reto?
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