(A mi pesar, creo que no habrán más episodios de este juego. ¡Aprovechad este último!)
Karok fue a visitar a Vella en la posada. Habían pasado tres meses desde lo sucedido en la exploración de las ruinas.
- Vella, ¿cómo estás?
- Mucho mejor. Ya puedo ponerme de pie, por lo menos.
- Te has recuperado rápidamente. Se nota que eres fuerte.
- Tengo que agradecérselo a Evie. Sin ella, todavía estaría en cama.
- ¿Vamos con ella? Seguro que se alegra de verte caminando un poco.
Karok y Vella salieron de la posada. Ella caminaba con dificultad, pues aún sentía dolor en sus piernas, pero menos grave que hace un par de meses. Vella insistió en caminar ella sola, mientras Karok intentaba ayudarla de vez en cuando. Parecía que iba a caer al suelo a cada paso tambaleante que daba la mercenaria.
Ambos llegaron al puerto, donde hay un lugar de reposo en el que se mantenía encendida una hoguera. Allí estaba Evie, sentada, con las manos junto al fuego. Esta chica era una joven aprendiza de mercenaria. No conoce a su padre, su madre desapareció cuando ella tenía 8 años... Una cadena de hechos entristecen el pasado de esta chica.
Evie miró hacia atrás y se sorprendió mucho al ver a Vella en pie.
- ¡Vella! ¿Qué haces aquí? ¡Deberías estar en cama! - Decía Evie muy preocupada.
- Tranquila, tranquila. Me siento capaz de tomar un poco el aire después de tanto tiempo sin poder moverme.
- ¡Y Karok! ¿Cómo es que estás aquí? No sueles tener días libres... - Afirmó Evie.
- Pues hoy es ese día. Ella salió herida porque no fui suficientemente previsor, así que algo tendré que hacer.
- ¡Es verdad! ¿Qué fue lo que ocurrió en las ruinas? Vella no me lo ha contado...
Karok relataba la historia. Vella corregía aquellos detalles que Karok exageraba. También describieron a Lynn, la "novata" que los sacó del apuro.
- Oye... - Interrumpió Evie - Esa descripción... Coletas, pelo negro, muy bajita, con una guja en su espalda... La he visto antes.
- ¿Dónde? - Preguntó inmediatamente Vella.
- En mi sueño.
- ¿¡Cómo!? - Respondieron a la vez Karok y Vella.
Evie les contó su sueño. En él se veía a ella misma mirando hacia el mar desde la orilla, cuando de repente notaba algo que tocaba sus pies. Era una carta dentro de una botella.
- ¿Una carta dentro de una botella tocaba tus pies? - Preguntó Vella, pese a haber escuchado perfectamente a Evie.
- Sí, después apareció la chica justo al lado mía, sonriendo.
- ¡Yo soñé hace dos días que Lynn y yo abríamos una carta en una botella en la costa! - Contó Vella, emocionada.
- Relájate, Vella, no te vayas a lesionar. - Recomendó Karok.
- ¡Y en la carta ponía algo de una cámara! - Continuó Vella haciendo caso omiso de Karok.
- ¿Cómo? - Preguntó Karok, ahora intrigado.
- Sí, sobre una cámara secreta o algo así.
- ...
- ¿Pasa algo, Karok? - Preguntó Evie.
- Lynn nos quiere decir algo. Yo también la he visto en un sueño. Hace un mes. Y había un mensaje que me daba ella y ponía algo de una cámara.
- ¿Recuerdas lo que soñaste hace un mes? - Preguntó Evie, curiosa.
- Yo recuerdo muchas cosas. Ahora tenemos que pensar qué es lo que nos quiere decir Lynn.
Los tres estuvieron pensando e intentando sacar sentido al sueño. Finalmente, una pregunta de Evie descubrió el misterio.
- Oye... ¿Por qué nuestros sueños están al revés?
- ¿Al revés? No entiendo. - Dijo Vella.
- Karok dijo hace un mes, tú hace dos días y yo ayer. Pero... La historia empieza en mi sueño y acaba en el de Karok, ¿no?
Evie estaba en lo cierto. ¿Por qué el principio de la historia lo conoce el último que tuvo el sueño? ¿Por qué razón va al revés?
- Un momento. ¿Por qué nos comemos la cabeza si podemos ir al bosque de jade? - Propuso Karok.
- ¿Para qué vamos a ir allí? - Preguntó Vella.
- Yo no caí inconsciente del todo, y pude escuchar cómo Lynn decía algo de jade.
- ¿Y ahora lo dices? - Se quejó Evie - ¡Vamos rápido, Karok!
- ¡Espera! ¿Y Vella?
- ¡Que descanse! ¡Luego la voy a visitar!
Evie en realidad tenía otra razón para buscar a Lynn. En su sueño, ella estuvo a punto de decirle dónde se encontraba su madre, pero despertó justo en ese momento. Karok y Evie fueron al bosque de jade, un lugar verde. Muy verde. Verde jade, para ser exactos. La luz solar apenas entraba a través de las copas de los árboles, creando un lugar verde y sombrío al mismo tiempo.
- No te he preguntado, pero... ¿Por qué quieres saber tanto de Lynn? - Preguntó Karok.
- Ella me resolverá una duda importante.
- ¿Cuál?
- Es un secreto.
Ambos se detuvieron. Divisaron una cabaña de madera en medio deI bosque y fueron hacia ella. Llamaron a la puerta y los recibió con una sonrisa la dueña de la cabaña: Lynn.
- ¡Lynn! - Exclamó Karok.
- ¡Es igual que en mi sueño! - Dijo sorprendida Evie.
- Qué alegría verte, Karok. ¿Dónde está Vella? Y... ¿Esta chica quién es?
- Soy Evie. Encantada. - Se presentó con un sonrisa.
Había muchas cosas que explicar. Por qué se había marchado Lynn, por qué aparecía en los sueños, etcétera. Todo fue explicado de sus labios.
- Verás, Evie... La Bruja de Jade ha muerto, con lo que ahora tuve que encontrar a su sucesor y presentarle mis respetos para que me dejase estar en sus dominios. Resulta que me quiere poner a prueba. Necesito encontrar a tu madre y... Matarla.
- ¿¡QUÉE!?
Evie no daba crédito. Se encuentra a la que debía ser su salvadora y resultó ser solamente una interesada. ¡Una asesina!
- Lynn, yo no te imaginaba así. - Añadió Karok.
- Lo siento, de verdad, pese a que no me creas, chica...
- ...
Evie se quedó cabizbaja y muy seria.
- Si encontramos a mi madre... ¿Me dejarás despedirme de ella?
- ¿¡Estás dispuesta a que asesine a tu madre!? - Preguntó incrédula Lynn.
- ...
Tras unos momentos de silencio, Evie contestó: "No."
- Vámonos a conocer a tu madre, Evie. Nosotras dos.
- ¡Oye! ¿Y yo qué? - Preguntó Karok.
- Ve con Vella. Estará frustrada al no haber podido venir aquí.
Lynn llevó a Evie al sótano de la cabaña. Allí había una gran puerta de madera con las siglas "T.N.C". Ambas la abrieron y vieron una sala muy lujosa, con el suelo impecablemente limpio y antorchas encendidas.
- No me creerás, pero esto no es parte de mi casa. Es algo que ha aparecido aquí, y que me han pedido eliminar. Sin embargo, creo que tienes derecho a conocer a lo que ahora es tu madre.
En el fondo de la sala había una gran cama doble y en ella reposaba una mujer. Estaba vestida con una falda negra y camisa blanca con una corbata azul oscura. Su cara... Era igual que la de Evie.
- ¿M-Mamá?
- Sshhh... ¿Tienes agallas para traerme a la niña? - Respondió ella, hablando con Lynn.
- Estoy preparada, pero por lo menos deberías haber sido más cariñosa con ella. - Contestó Lynn.
Las puertas se cerraron de un portazo y la madre de Evie comenzó a caminar lentamente hacia Lynn. De las manos de la madre apareció una gran guadaña negra ornamentada de diversas formas circulares. Magia.
- ¡Mi madre nunca utilizaría algo así! - Gritaba Evie.
- ¿Ahora comprendes por qué me han pedido esto? - Preguntó Lynn, atenta al ataque inminente de la madre.
La madre corrió un segundo hasta Lynn e intentó asestarle un corte de guadaña, pero la princesa de jade fue lo suficientemente rápida para esquivarlo casi totalmente. Evie no daba crédito a lo que veían sus ojos. "Esto tiene que ser una pesadilla", pensaba. Pero la sangre de Lynn derramada en el suelo no era una pesadilla.
- ¡Mamá! ¡Escúchame! ¡Voy a usar lo que he aprendido para sacarte ese demonio que llevas dentro!
- ¿Qué has dicho? - Preguntó Lynn.
Evie se concentró, cerró sus ojos e hizo aparecer una guadaña azul en sus manos, tal y como lo había hecho su madre. Esta vez, era su turno de sorprender.
- ¡Mamá! ¡Ven y dale un abrazo a tu hija! ¡Un abrazo tan fuerte que abrase!
Una bola de fuego se dirigió hacia la madre, quemando parte de su vestimenta y haciéndola gritar... de excitación.
- ¿Es un súcubo? - Preguntó Lynn - ¿Cómo supiste que era un demonio?
- Sencillo. Su forma de caminar. Una madre no puede caminar de esa forma. ¿Vamos a matar a esta farsante o no?
- Encantada, Evie.
La medre, ahora a bastante distancia de ambas mercenarias, lanzó varias ondas de energía hacia las dos, pero no fueron muy complicadas de esquivar. El problema vino cuando se intentaron acercar a ella. El súcubo lanzó un hechizo que cambió todo el combate.
De pronto, las mercenarias no podían moverse correctamente. Estaban corriendo como si fuesen protagonistas de una película a cámara lenta. Sin embargo, la madre corría en círculos alrededor de ellas a una velocidad endiablada mientras invocaba proyectiles mágicos. A la tercera vuelta, dichos proyectiles se dispararon hacia el centro del círculo, impactando varios de ellos en las mercenarias ralentizadas.
El tiempo volvió a la normalidad, pero al conocer que tenían que lidiar con ese poder, estaban en seria desventaja. Lynn estaba muy herida y apenas había conseguido atacar. Evie simplemente se resentía del ataque mágico que acababan de recibir, pero podía continuar luchando al cien por cien.
Lynn dió el máximo en esta batalla. Activó su habilidad especial prematuramente esta vez. La Zorra de Jade estaba enfadada. Lynn cargó contra el súcubo y comenzó a atacarla sin preocuparse por el daño que recibía del súcubo. Una característica de la Zorra de Jade es el utilizar la propia energía como escudo, y eso implicaba ser "inmune" a cualquier cosa durante un tiempo. Tiempo suficiente para que Evie cargase un potente hechizo. Una gran explosión de fuego que, aunque afectó también a Lynn, hizo estragos en la madre.
Pero el súcubo no iba a rendirse fácilmente. Vio que Lynn estaba casi sin energías debido al tiempo prolongado de su habilidad y a los golpes que había recibido. Actuando en consecuencia, ella hechizó a Lynn y la tumbó en el suelo. Evie estaba extrañada con lo que sucedía. El súcubo se montó encima de Lynn y, acariciando su cuerpo, se pudo notar cómo el aura de la mercenaria se traspasaba al súcubo, que finalizaba la maniobra con un gemido placentero. Lynn permaneció inconsciente en el suelo después de eso.
Evie contra su propia madre, pero en otras circunstancias. La maniobra final se acercaba. Evie estaba muy concentrada en ese momento. Levantó del suelo al súcubo, como si no hubiese gravedad, pero ella permanecía en el suelo. Esta maniobra la realizó con la mano derecha. Con la izquierda, apuntó a Lynn, la cual se levantó, pero estaba inconsciente. Sus ojos estaban blancos. La mercenaria cogió su guja y, de un salto siguiendo la dirección de la mano de Evie, atravesó al súcubo. Evie había movido a ambas personas como si de marionetas se tratasen. El súcubo aún seguía con vida, pese al derramamiento de sangre que había sufrido.
- Me encanta este momento. El momento en el que todo lo que sube... ¡Baja!
Evie bajó su brazo derecho bruscamente, y así lo hizo el súcubo, cayendo de cabeza violentamente contra el suelo, formando grietas y rompiendo su cuello. Fin de la batalla.
Pero... ¿Qué pasó con Karok?
Al salir de la cabaña, se encontró en la puerta a Vella, que había utilizado sus espadas a modo de apoyo para caminar rápidamente.
- ¡Vella! Mira que eres terca, ¿eh? ¡Si apenas puedes caminar correctamente!
- Déjame. Tengo que ser de ayuda...
- Pues llegas tarde. Se van a encargar Lynn y Evie. Asuntos de familia, supongo.
- Hay que ayudarlas... - Decía cansada Vella.
- ¿Qué hacéis aquí, extranjeros? - Dijo una voz en el bosque.
- ¿Eh?
- No se puede entrar al Bosque de Jade sin permiso. La Reina de Jade se puede molestar con ustedes.
- ¿La Reina? ¡Venga ya! ¡Esto es un simple bosque! - Contestó Karok.
- ¡Pagaréis por esta afrenta! - Respondió la voz misteriosa.
Apareció un hombre vestido con una armadura completa muy extraña, color verde jade. Iba totalmente cubierto por su armadura de... ¿Cuatro brazos? Sí. Un guardián bipolar. Es imposible pillarlo por las espaldas, pues están defendidas.
Karok intentó cargar contra él, pero Vella lo frenó antes de comenzar su carrera. La mercenaria clavó sus espadas en el suelo y, con estas a modo de apoyo, se lanzó contra el enemigo y le intentó dar una patada voladora. Acertó, pero no pareció causar daños. La que sí recibió daños fue Vella. Sus piernas se volvieron verdes y rígidas. A su vez, las piernas del guardián parecían haber tomado el color y la forma de las piernas de Vella. La mercenaria no se podía mover y estaba tirada en el suelo. Karok cargaba su ataque del Big Bang y esta vez no estaba dispuesto a fallarlo.
- ¡Ja! ¿Crees que vas a conseguir acertar con las piernas ágiles de tu compañera?
- Por supuesto que Karok acertará. - Respondió Vella en el suelo.
- Porque eres tan poco observador que ni te diste cuenta. ¡No puede mover sus piernas!
Karok disparó su ataque. El guardián intentó moverse pero no pudo. Se quebró de dolor de piernas y recibió de lleno el impacto de la explosión del arma de Karok. El guarda verde acabó color ceniza.
Al terminar la batalla, Evie salió de la cabaña, seguida de Lynn que estaba aún con los ojos en blanco, controlada por Evie.
- ¿Qué le pasa a Lynn? - Preguntó Vella, apoyada en Karok para mantenerse en pie.
- Ahora mismo está inconsciente. La estoy moviendo yo. Salgamos de aquí rápidamente.
Consiguieron salir del Bosque de Jade guiados por Evie. Lynn seguía inconsciente, y esta vez no estaba controlada por Evie, estaba en cama, esperando su despertar.
Pero su sueño era demasiado bueno para que se acabase en ese momento. Lynn soñaba que ella se convertía en la Reina de Jade.
"Porque como dijo 'La vida es sueño',
Los sueños sueños son.
Sin embargo, yo no soy
Poeta ni escritor,
Sino un hombre que opina
Que lo que Lynn y Evie hicieron,
Fue lo correcto, y encima,
Su actitud fue la mejor.
- Edward Yolag, 'Leyendas y otras historias', en su último escrito sobre Lynn."
(En este episodio extra de Vindictus me he extendido un poco en mi opinión, pero pienso que eso es síntoma de mejoría, pues supongo que una mejor expresión implica a veces más palabras. Me han encantado los dos episodios que he escrito sobre nuestras aventuras en Vindictus, espero que a vosotros también os hayan gustado. Hasta la próxima vez que nos veamos. Intentaré actualizar el blog cada domingo, si no con una nueva historia, con algún comentario breve sobre... Bueno, ya los veréis si lo hago. ¡¡Gracias!!)