Era de noche. Momento en el que todo lo malo sale a estirar las piernas sin que nadie lo vea. Nevan era una noctívaga, así que salir de noche la relajaba. Pero ir por el pueblo a oscuras sin espada para defenderse era una temeridad de la cual Nevan no se percató. Un par de vándalos fueron sorprendidos por el súcubo mientras ellos robaban. Los ladrones decidieron cargar contra ella y evitar que se escapara. Uno de los ladrones tuvo la fuerza suficiente para inmovilizarla.
- No se grita, entendido? - Dijo el ladrón mientras tapaba la boca de Nevan.
- Igual nos la podemos llevar. La chica está buena.
- Mmmmph! - Nevan intentaba decir algo para avisar a alguien del pueblo.
Pero no hizo falta gritar. Quitaron de una patada al ladrón que sostenía a la chica. Otra persona puso una espada enfrente del cuello del segundo ladrón.
- No hay que asaltar a las jóvenes, chicos.
- Estás bien? - Dijo la segunda.
Eran dos chicas de edad parecida a la de Nevan. Una de ellas, que tenía el pelo recogido en una coleta, llevaba dos espadas a su espalda. Ella fue la que derribó de una patada al ladrón que sostenía al súcubo. La otra llevaba el pelo largo y suelto. Sostenía un estoque con su mano derecha, que apuntaba al segundo ladrón.
- Hala! Fuera de aquí antes de que os arrepintáis!
Los ladrones salieron corriendo del lugar como alma que lleva el diablo.
- Gracias! No sé qué habría hecho sin vosotras! Gracias, de verdad! - Dijo Nevan, aún en el suelo.
- No ha sido para tanto. Has tenido suerte de que nosotras pasábamos por aquí. Yo soy Paulina.
- Yo soy Liza - Continuó la de pelo largo - Cómo se te ocurre pasear de noche y sin protección?
- Eh... esto... Yo soy Nevan, y...
Nevan no sabía qué contestar. De todos modos, las tres chicas caminaron juntas hasta llegar a una de las mejores casas del pueblo.
- Menuda casa, comparada con las otras! - Dijo Nevan, sorprendida.
- Somos las mejores de aquí. Hemos heredado lo que los mejores defensores de este pueblo tenían. Ahora, nosotras hemos sido entrenadas para lo que hicieron nuestros padres. - Explicó Liza.
- Las mejores? Me pregunto si podréis contra mi padre. Apostaría a que os puede ganar a las dos a la vez.
- Apostarías, eh? Si ganamos nosotras, tendrás que obedecernos durante cinco días. - Propuso Paulina.
- Cinco días? - Repitió Nevan.
- Oye - Susurraba Liza a Paulina. Para qué queremos a una esclava de cinco días? No te entiendo.
- Será divertido. Si gana tu padre, tú eliges lo que quieres. - Dijo Paulina.
- Pues... dejaré que mi padre decida. Él se lo merece.
- Mañana pasado el mediodía nos enfrentaremos a tu padre. Más te vale estar preparada para perder - Finalizó Paulina.
Próximo episodio... un combatito entre Paulina y Liza contra Edward. Cómo luchará el anciano?
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